Por la ventana se pueden ver cómo salen los últimos rayos de sol por
debajo del lejano otero. Unos ruidos se escuchan desde la calle, como si
alguien estuviera arrastrando un carro. Campanillas. Debe ser el carro
de las nieves. Desde mi ventana lo puedo ver ahora. Se aleja, trayendo
tras de sí el silencio total.. Pronto serán las ocho, y comenzará la
noche.
Cómo he perdido el tiempo. Tenía muchas cosas por hacer. Le prometí a
una amiga que realizaría un dibujo para ella, pero lo he estado
aplazando. ¿Será por eso que ya no me quiere hablar? Eso y un montón de
cosas más. Quizá algún día decida hablarle…
Suena el teléfono. Molestas llamadas del banco buscando a alguno de
mis padres. Por alguna razón sucede mucho cuando se van. Pero ambos no
han de tardar en llegar. Mejor veo qué puedo ponerme a hacer.
Entremos a internet. Debe haber algo interesante. ¿Qué es lo que
quería buscar? Un programa, lo había visto. Uf, qué lenta computadora.
Bueno, también podría ser el internet. ¿Cómo es que tengo una
computadora del siglo pasado cuando todos tienen pantallas planas y
cosas así? Lo bueno es que no nos costó, se la regalaron a mi padre,
porque no servía bien o algo así… en fin.
Lo encontré. Es un desensamblador. Se está cargando… se descarga…
listo. Espero que no sea muy difícil de usar… pero tal vez vea algún
tutorial mañana, ya es muy tarde. Por alguna razón deseo dormirme
pronto.
Oh, qué ocurre. Esta cosa ha descargado otro programa. Rayos. Sólo
buscaré dónde está y lo quitaré. Cielos, ha oscurecido muy rápido… qué
extraño, pero es una lástima que no tenga reloj está computadora, o
digo, un reloj que funcione… es de una marca árabe o algo así, no
entiendo bien. Busqué hace algunos meses la historia de la compañía que
fabricó estas computadoras, supuestamente eran pésimas, no cargaban
ningún programa, fallaban en la conexión a internet y se apagaban de
pronto. Las demandas los hicieron quebrar, y sus colaboradores
simplemente desaparecieron…
Ya veo qué cosa es. Está aquí. Es tan sólo un programa para
desinstalar material dañino, pero qué basura, en primer lugar cómo no sé
que es dañino. Sólo lo eliminaré… ¿eh?
Una ventana emergente ha salido. Tiene un mensaje creo que en chino…
normalmente no le haría caso, pero debo saber qué quiere para elegir el
botón correcto, no sea que haya un problema…
Copio el texto y lo pongo en el traductor favorito de todos. Ya,
supongo que es chino. Ah, no, parece que es cantonés. Bueno, veamos qué
dice. «Por favor, no borrar». Puf, eso no me convencerá. Ya tengo un
antivirus funcionando muy bien. No necesito este programa rastreador de
amenazas robóticas. Voy a traducir lo que dicen los botones para ver
cuál debo elegir. Son tres.
El primero dice: «De acuerdo». No, qué listo, pero no. El segundo
dice «Cancelar». Entonces debe ser el tercero. Dice «Borrar». En el
clavo.
Ha salido otra ventana emergente. «¿Está seguro?». Claro qué sí. Pero
sólo hay un botón desbloqueable. El otro está en gris. Maldiciones,
espero que sea el correcto. «Empezar la desinstalación». Oh, qué bien.
¿Qué rayos? Otra ventana más. No se parece a los cuadros de
desinstalación que he visto. Ya saben, con barritas y esas cosas, que
van del 1 al 100% completado. Ésta tiene una sucesión de números muy
extrañas. Ha abierto Excel ¿WTF? Son sólo un montón de números… oh
maldiciones, el ratón se trabó. No lo puedo detener. Siguen saliendo más
y más números de esa ventana. Se ha abierto la consola de comandos. Va
muy rápido, no alcanzo a distinguir qué está haciendo. ¿Otra ventana?
Oh, está en inglés. «The antivirus has been uninstalled successfully».
¿Qué rayos es todo esto? Aguarda, el ícono de mi antivirus sigue en la
barra de tareas, entonces creo que el programa no funcionó. Qué bien.
Pues bueno, ahora ya es muy tarde. Me pregunto por qué aún no habrán
vuelto mis padres. En fin, sólo apagaré la computadora…
…
…
¿Qué ha ocurrido? ¿En dónde estoy? ¿Qué clase de basura es ésta? Hay
pasto debajo de mí. El cielo está negro… creo que no es el cielo. Esto
está muy raro, lo último que hice fue apagar mi computadora. Está bien,
trataré de no asustarme. Tal vez alguien me secuestró. O incluso podría
estar soñando. Veamos, intentaré volar. No, no puedo. No es un sueño.
Puedo verlo todo correctamente. Hm, ¿qué es esto? Parece que mi vista se
nubla. Se pone un poco gris. No, debe ser la luz. ¿De dónde viene? Qué
extraño, parece que viene del pasto. Me agacho para ver de cerca. El
césped está muy amarillo y descuidado… vaya, está infestado de extraños
insectos… de color rojo, parece que se reproducen muy rápido… se están
subiendo a mis zapatos. Pues los sacudiré. Tomen eso, bichejos. Mejor
los aplasto. Maldiciones, se reproducen muy rápido. Parece que están
intentando rodearme. ¡Maldiciones! Me alejaré.
Siguen detrás de mí, se reproducen muy rápido, acercándose más. ¿Qué
rayos? He llegado a una pared. También está hecha de pasto amarillo.
Esto ya es muy extraño. Oh, demonios. Los insectos han regresado. Me han
acorralado. Espero que no me hagan daño…
Comienzan a subir a mis zapatos. Es en vano intentar sacudirlos
ahora. Comienzan a avanzar por mi piel. Es increíblemente rápido.
Permanezco quieto, tal vez sólo se vayan. Siento cómo avanzan, sus patas
parecen pequeños ganchos. Siento unas diminutas punzadas, como leves
pellizcos. Están por todo mi cuerpo, y están llegando a mi cara. Se
detienen en mi cuello. Se dejan de reproducir. Ahora están, ¿qué? Se
están partiendo en dos. Un líquido negro y rojo sale de ellos, como
sangre seca. Cubren todo mi cuerpo con esa cosa, todos están
segregándome esas cosas extrañas. Están en todos lados. Pero creo que
ahora, mientras están detenidos y partidos a la mitad, puedo irme. ¿Ah?
Mi cuerpo no responde. ¡Maldición! ¡Estúpidos insectos! ¡Aléjense!
Siento cómo mi cuerpo se duerme… parece que esa cosa es veneno, mi
circulación se detiene, siento todo mi cuerpo entumecido. Agh, no lo
soporto más. Siguen segregando esa cosa, no paran. No sé qué demonios
está ocurriendo, o qué son esas cosas, pero ese líquido brota de ellos
como cascadas.
Diablos. Me estoy cayendo. Me resbalo en ese líquido y no puedo hacer
nada. ¡No! Me he caído sobre esos bichos, aplastándolos con mi cara. No
veo nada, ese líquido me ha terminado de cubrir la cara también. Esto
tiene que ser una pesadilla. Quiero volver a casa. Quizá la misma
pesadilla me ha hecho olvidar todo lo que hice después de apagar mi
computadora y volver a mi cama.
…
…
Cables. Resortes. ¿Qué clase de pesadilla es ésta? Los insectos se
han ido, pero me han dejado todo perfumado de ese líquido extraño. Es un
olor como de vino y carbón, es muy extraño. Estoy enredado en un montón
de cables. Intento salir, pero son muy resistentes. Están por todas
partes. No los puedo romper, pero me puedo deslizar alrededor.
Es una enorme extensión de cables, todos tensos y resistentes. No
percibo ni el suelo, como si no existiera. Ho hay nada más que cables…
espera, ¿qué veo? Parecen un montón de sábanas rasgadas. Y chamuscadas.
Ya lo sé, tiene que ser una pesadilla. No existe otra razón lógica… me
pellizcaré, como en las películas, y despertaré. Veamos… nada. De nuevo…
nada. Muy fuerte… agh, nada. Intentaré cerrar los ojos muy fuerte… no
pasa nada. Demonios. Esto no puede ser real, y yo lo sé. Alguien tuvo
que haberme noqueado y encerrado aquí. Como un laboratorio muy extraño.
Estoy muy confundido, pero realmente estoy aquí. Miraré de cerca los
cables… parece que no son de plástico, ni de metal. Ni de hilo. Son como
goma. Son muy lisos. Mejor intento seguir avanzando hacia cualquier
parte…
Escucho un ruido. Es como un aleteo. Vienen de atrás. Parece que son
sólo un montón de polillas. Están dando vueltas alrededor de mí,
pasando por entre los cables. Me da lo mismo, seguiré avanzando. Sí, de
hecho están dando vueltas alrededor de mí. Son de color amarillo, muy
brillantes, como si reflejaran alguna luz. Pero yo sólo veo cables. No
veo ninguna luz.
Están cerrando el círculo, pero para estas alturas incluso me las
comería. Siento que me vuelvo loco, pierdo la cordura. El sonido de
aleteos se hace más fuerte. Se acercan más. Pero seguiré avanzando, si
llegan hasta mí me las comeré está decidido. Algunas cuantas han llegado
hasta la suficiente distancia como para agarrarlas. Los cables me
impiden mover mucho mis brazos, pero seguiré. Me resbalo un poco,
cayendo. Me sostengo de nuevo de unos cables. El suelo aún no se ve…
maldiciones, debo estar en un lugar muy alto con respecto al suelo.
Tampoco veo ningún techo.
Las polillas están frente a mis ojos. Ahora puedo ver sus cuerpos, de
colores rojos y verdes. Sólo tienen un enorme ojo blanco que da
vueltas. Y dos patas. Parecen un extraño experimento biológico. Una se
posa en mi antebrazo… ¡Agh! Creo que me ha mordido. Una punzada
hirviendo me recorre por todo el brazo. ¿Qué es esto? ¿Polillas
carnívoras? Espera un momento… veo algo… como si de sus alas saliera
humo. ¡Están hechas de aceite! ¡Váyanse! Bueno, como quieran.
Empiezo a pegar manotazos al aire, intentando golpearlas. Sólo se
posan sobre mi ropa, quemándola al instante. Y luego sobre mi cabeza.
Siento cómo mi piel se convierte en una masa burbujeante. A los cables
no les pasa nada, son a prueba de fuego. Huele como a silicón
quemándose. Cuando las golpeo con la mano, la siento arder horrible,
como si fuera una terrible descarga eléctrica. Mis manos están llenas de
moretones, apenas las puedo mover. Mi cuerpo se convulsiona, el dolor
es inmenso.
Las polillas llegan hasta mi cara, las veo caminar alrededor de mis
ojos. Con su único ojo tocan mi piel, que se quema al instante,
haciéndome retorcerme y saltar. También hacen eso con mi ropa, veo cómo
aparecen hoyos negros. De mi piel salen burbujas con sangre. Es
horrible. El dolor, punzadas de sangre hirviendo corren por todas mis
arterias.
Las polillas de pronto cesan de abalanzarse contra mí. Se posan sobre
los cables circundantes. Los muerden. Los cables se ponen rojos. Creo
que su temperatura aumenta, pero ya no puedo sentir nada. Creo que mi
ojo izquierdo está hinchado, sólo veo una cortina roja y apenas unas
figuras con él. Los cables se empiezan a destensar. Se vuelven flojos.
Siento cómo me resbalo otra vez. Me golpeo contra los cables rojos,
hundiéndose en mi piel, dejándome marcas. Los cables se empiezan a
romper, volviéndose hilos de lava. Me segmentan mi cuerpo al caer, pero
ya no respondo al dolor. Todos los cables se rompen, y yo siento cómo me
caigo. Cierro los ojos. El dolor vuelve a mí al caer. Maldición. Me
quedo dormido…
…
…
No sé cuánto tiempo me he quedado inconsciente. Pero parece que he
vuelto a mi cama. Retiro las sábanas. Mi ropa sigue chamuscada. Mis
manos tiemblan un poco, puedo ver puntos negros y sensibles, como si me
hubieran puesto montones de colillas de cigarros alrededor de mi piel.
Mi ojo izquierdo aún sigue hinchado. Me arde al tocarlo. Siento mi
estómago revuelto, quiero vomitar… Me levanto de mi cama. Auch, las
plantas me arden al dar pasos. ¿Qué habrá sido todo esto? Ahora me
parece más coherente decir que fueron alienígenas.
Adolorido, salgo de mi habitación. Bajo las escaleras —cosa que me
hace sentir aún más dolor—. ¿Habrán llegado ya mis padres? En la planta
baja está mi computadora. Parece que sigue encendida, pero sólo hay un
cuadro azul brillante, como la pantalla de error. ¿Qué explicación
lógica me queda? Me pregunto cómo es que sigo vivo después de tantas
cosas… bueno, al menos parece que se ha acabado.
Un escalofrío recorre mi espalda. Detrás de mí está la puerta. Por
alguna razón me invade el sentimiento de creer que aún no estoy en mi
casa. La vista nublada aún la tengo. Me quedo un momento parado. No oigo
más que algo parecido a una computadora encendida. Claro, está prendida
aún. Es todo. Pero no es lo único. Me acercaré a la computadora. Está
azul. Las teclas están saltadas, como si alguien hubiera atacado el
teclado con un martillo. Del CPU sale un líquido de color marrón y olor
pútrido, como pus. En el teclado puedo ver unas especies de bolitas
blancas con pelos. Tomo una y la acerco a mí. Comienza a temblar sobre
la palma de mi mano. De pronto, explota. Deja un hedor horrendo a basura
en mi mano. Me provoca náuseas.
Me empieza a doler el estómago horrible. Lo siento hinchado. Las
náuseas aumentan. El dolor me parte en dos… demonios. No puedo respirar,
algo ocurre. Me vienen arcadas desde el estómago. No me puedo contener
más.
Cierro los ojos. Una ola de quién sabe qué recorre mi esófago. No me
detengo hasta sentirme completamente vaciado. Más convulsiones llegan
hasta mi garganta. Escupo hasta el final. Siento que me he salpicado los
pies de mi propio vómito. Abro los ojos.
No me lo creo. Sobre el piso de la sala, donde se supone que estaría
mi expelida, hay un montón de cucarachas rellenas, como pelotas. Negras,
se confunden y se esparcen alrededor, escondiéndose debajo de los
muebles y los sillones de la sala. Creo que lo entiendo, esos bichos se
han llevado mi alimento, como si fueran parásitos. Ya había visto esas
cosas, pero pensaba que eran gusanos. Y lo que es peor, un sabor como de
huevo podrido me queda en la boca. Es asqueroso. Vomitaría de nuevo si
no me sintiera completamente vacío y sin fuerzas. Me siento horrible.
Abro la puerta, intentando no pisar esas redondas cucarachas llenas de mi energía. Me siento terriblemente humillado y débil.
Al abrir la puerta, no veo la calle. Sólo veo una inmensidad
horripilante de un manto tan azul como la pantalla de mi computadora.
Aún no estoy en casa. Me he vuelto loco, de seguro.
Intento avanzar pero no hay piso. Estoy encerrado en mi casa.
Corro las escaleras, soportando el dolor estoicamente, hasta llegar a
la habitación de mis padres. Abro la puerta, y para mi ya no tan
sorpresa, me encuentro con un pasillo repleto de telarañas rojas y
pegajosas, alrededor del suelo y las paredes.
Creo que no hay nada qué hacer o pensar. Lo cruzaré.
Al llegar al otro lado puedo ver unas escaleras que van hacia abajo.
Se llenan de oscuridad en la parte más baja, pero alcanzo a ver una
puerta. Ni de loco voy a bajar.
Escucho un ruido. Proviene de la sala. Sobre el suelo de la sala. Son
como pequeños pasos rápidos. Muchos, como el sonido que hace uno al
tamborilear con las uñas en una mesa. Pero son muchos. Y muy rápidos.
Ese ruido me ha puesto la piel chinita. No me quiero imaginar que me
está buscando.
Qué horror. Mejor bajaré las escaleras y me encerraré. No quiero que esa cosa me alcance.
Las escaleras tienen una especie de pelaje, pero son inofensivas. Sin
pensar en mi dolor ni en nada, las cruzo apresurado. La puerta es una
puerta normal. Entraré.
La habitación es una especie de sótano. En una pared puedo ver unas
pequeñas ventanas cuadradas que dejan entrar la luz azulosa del inmenso
exterior. En la otra pared hay un armario grande, del tamaño de un
refrigerador. Me meteré en él.
…
…
…
…
…
Calculo que ha pasado media hora o más. Pero yo sé que este mundo no
está regido por horas. Los pasos no se han detenido. He oído cómo ha
recorrido varias partes de la casa. Es el único ruido que he escuchado
en todo este tiempo, además de mi respiración —que he controlado lo más
que he podido para que apenas yo pueda escucharla— y mi sangre
recorriendo mis oídos. Estoy alterado, cada vez que he escuchado esos
pasos más cerca, mi presión sube más, pero hasta ahora lo he controlado.
No sé cuánto tiempo más esté aquí, pero estoy seguro que no es un
sueño. No me quiero quedar dormido de nuevo, hasta ahora el dolor de mis
pies y de mis manos me han mantenido despabilado. Pero no sé cuánto
tiempo más dure así…
…
…
…
…
He dejado la puerta del armario abierta. Lo que sea que estaba
haciendo ruidos ha llegado a las escaleras. Deseo cerrar la puerta del
armario, pero no quiero hacer ruido. Estoy muy asustado. Muy asustado.
Estoy escuchando esos ruidos ahora, vienen de atrás de mí y a la
izquierda, que es donde están las escaleras que me conducen hasta acá.
Desde el pequeño rectángulo que puedo ver por la puerta entreabierta de
este armario, veo el final de las escaleras, y las ventanas azules con
su luz emanando débilmente sobre la parte contraria de este sótano. Sea
lo que sea que sea esa cosa, si llega a bajar las escaleras lo podré ver
con la poca luz que llega de las ventanas…
…
…
…
…
No tiene ojos. Fue lo primero que vi. Quizá por eso tardó mucho
tiempo en encontrarme. Tampoco tiene oídos, ni nariz. Pero está frente a
mí. Estoy congelado, en una posición muy incómoda con la cabeza
volteada hacia mi derecha. El cuello me duele un poco. He estado mucho
tiempo así. Sin moverme. Esa cosa está detenida también. Lleva varios
minutos sin moverse.
Esa cosa está formada por algo como cuatro brazos unidos. Son
distinguibles sus dedos al final de cada una de sus patas. Es de un
horrendo color pálido, casi blanco, y en la parte donde los cuatro
brazos se unen hay una estrella negra. He visto cómo camina; lo hace
como una araña. Mueve los dedos con tal destreza y velocidad,
levantándolos tanto, que no parecen dedos de un ser humano. Está
sostenido sobre ellos. Cinco dedos en cada una de sus extremidades. Sin
uñas, pero de todos modos sus dedos terminan en punta. Está paralizado
desde hace un buen rato. No sé qué está haciendo, pero no se mueve. Aún
así no consigo tranquilizarme ni bajar mi ritmo cardíaco. Cada vez que
veo esa estrella donde todos sus brazos se unen me vuelvo a aterrar.
Parece que me está observando, como si estuviera analizándome. Pero aún
así no me quiero mover. No quiero que me descubra. Lo veo como si
estuviera de frente, con dos brazos a cada lado, como una letra «x». El
eje de sus brazos apunta directamente hacia mi mirada detenida. Pero aún
no se mueve.
…
…
Oh, no.
Empezó a caminar.
Sus dedos golpean el suelo cada vez más cerca de mí.
Pero aún no me quiero mover.
Estoy paralizado de terror.
Camina directo hacia a mí.
Lentamente pero sin chistar.
Sus horribles dedos casi tocan el armario…
Se detiene de nuevo.
Yo sigo congelado.
Mi cuerpo no me responde.
Y esta horrible criatura.
Me tortura.
Haciéndome esperar.
…
…
…
…
…
…
…
…
Ya no sé qué es peor.
Que me asesine ahora.
O que me deje congelado para siempre.
Congelado como una computadora llena de virus…