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domingo, 2 de agosto de 2015

El Virus - Creepypasta

Por la ventana se pueden ver cómo salen los últimos rayos de sol por debajo del lejano otero. Unos ruidos se escuchan desde la calle, como si alguien estuviera arrastrando un carro. Campanillas. Debe ser el carro de las nieves. Desde mi ventana lo puedo ver ahora. Se aleja, trayendo tras de sí el silencio total.. Pronto serán las ocho, y comenzará la noche.
Cómo he perdido el tiempo. Tenía muchas cosas por hacer. Le prometí a una amiga que realizaría un dibujo para ella, pero lo he estado aplazando. ¿Será por eso que ya no me quiere hablar? Eso y un montón de cosas más. Quizá algún día decida hablarle…
Suena el teléfono. Molestas llamadas del banco buscando a alguno de mis padres. Por alguna razón sucede mucho cuando se van. Pero ambos no han de tardar en llegar. Mejor veo qué puedo ponerme a hacer.
Entremos a internet. Debe haber algo interesante. ¿Qué es lo que quería buscar? Un programa, lo había visto. Uf, qué lenta computadora. Bueno, también podría ser el internet. ¿Cómo es que tengo una computadora del siglo pasado cuando todos tienen pantallas planas y cosas así? Lo bueno es que no nos costó, se la regalaron a mi padre, porque no servía bien o algo así… en fin.
Lo encontré. Es un desensamblador. Se está cargando… se descarga… listo. Espero que no sea muy difícil de usar… pero tal vez vea algún tutorial mañana, ya es muy tarde. Por alguna razón deseo dormirme pronto.
Oh, qué ocurre. Esta cosa ha descargado otro programa. Rayos. Sólo buscaré dónde está y lo quitaré. Cielos, ha oscurecido muy rápido… qué extraño, pero es una lástima que no tenga reloj está computadora, o digo, un reloj que funcione… es de una marca árabe o algo así, no entiendo bien. Busqué hace algunos meses la historia de la compañía que fabricó estas computadoras, supuestamente eran pésimas, no cargaban ningún programa, fallaban en la conexión a internet y se apagaban de pronto. Las demandas los hicieron quebrar, y sus colaboradores simplemente desaparecieron…
Ya veo qué cosa es. Está aquí. Es tan sólo un programa para desinstalar material dañino, pero qué basura, en primer lugar cómo no sé que es dañino. Sólo lo eliminaré… ¿eh?
Una ventana emergente ha salido. Tiene un mensaje creo que en chino… normalmente no le haría caso, pero debo saber qué quiere para elegir el botón correcto, no sea que haya un problema…
Copio el texto y lo pongo en el traductor favorito de todos. Ya, supongo que es chino. Ah, no, parece que es cantonés. Bueno, veamos qué dice. «Por favor, no borrar». Puf, eso no me convencerá. Ya tengo un antivirus funcionando muy bien. No necesito este programa rastreador de amenazas robóticas. Voy a traducir lo que dicen los botones para ver cuál debo elegir. Son tres.
El primero dice: «De acuerdo». No, qué listo, pero no. El segundo dice «Cancelar». Entonces debe ser el tercero. Dice «Borrar». En el clavo.
Ha salido otra ventana emergente. «¿Está seguro?». Claro qué sí. Pero sólo hay un botón desbloqueable. El otro está en gris. Maldiciones, espero que sea el correcto. «Empezar la desinstalación». Oh, qué bien.
¿Qué rayos? Otra ventana más. No se parece a los cuadros de desinstalación que he visto. Ya saben, con barritas y esas cosas, que van del 1 al 100% completado. Ésta tiene una sucesión de números muy extrañas. Ha abierto Excel ¿WTF? Son sólo un montón de números… oh maldiciones, el ratón se trabó. No lo puedo detener. Siguen saliendo más y más números de esa ventana. Se ha abierto la consola de comandos. Va muy rápido, no alcanzo a distinguir qué está haciendo. ¿Otra ventana? Oh, está en inglés. «The antivirus has been uninstalled successfully». ¿Qué rayos es todo esto? Aguarda, el ícono de mi antivirus sigue en la barra de tareas, entonces creo que el programa no funcionó. Qué bien. Pues bueno, ahora ya es muy tarde. Me pregunto por qué aún no habrán vuelto mis padres. En fin, sólo apagaré la computadora…


¿Qué ha ocurrido? ¿En dónde estoy? ¿Qué clase de basura es ésta? Hay pasto debajo de mí. El cielo está negro… creo que no es el cielo. Esto está muy raro, lo último que hice fue apagar mi computadora. Está bien, trataré de no asustarme. Tal vez alguien me secuestró. O incluso podría estar soñando. Veamos, intentaré volar. No, no puedo. No es un sueño. Puedo verlo todo correctamente. Hm, ¿qué es esto? Parece que mi vista se nubla. Se pone un poco gris. No, debe ser la luz. ¿De dónde viene? Qué extraño, parece que viene del pasto. Me agacho para ver de cerca. El césped está muy amarillo y descuidado… vaya, está infestado de extraños insectos… de color rojo, parece que se reproducen muy rápido… se están subiendo a mis zapatos. Pues los sacudiré. Tomen eso, bichejos. Mejor los aplasto. Maldiciones, se reproducen muy rápido. Parece que están intentando rodearme. ¡Maldiciones! Me alejaré.
Siguen detrás de mí, se reproducen muy rápido, acercándose más. ¿Qué rayos? He llegado a una pared. También está hecha de pasto amarillo. Esto ya es muy extraño. Oh, demonios. Los insectos han regresado. Me han acorralado. Espero que no me hagan daño…
Comienzan a subir a mis zapatos. Es en vano intentar sacudirlos ahora. Comienzan a avanzar por mi piel. Es increíblemente rápido. Permanezco quieto, tal vez sólo se vayan. Siento cómo avanzan, sus patas parecen pequeños ganchos. Siento unas diminutas punzadas, como leves pellizcos. Están por todo mi cuerpo, y están llegando a mi cara. Se detienen en mi cuello. Se dejan de reproducir. Ahora están, ¿qué? Se están partiendo en dos. Un líquido negro y rojo sale de ellos, como sangre seca. Cubren todo mi cuerpo con esa cosa, todos están segregándome esas cosas extrañas. Están en todos lados. Pero creo que ahora, mientras están detenidos y partidos a la mitad, puedo irme. ¿Ah? Mi cuerpo no responde. ¡Maldición! ¡Estúpidos insectos! ¡Aléjense! Siento cómo mi cuerpo se duerme… parece que esa cosa es veneno, mi circulación se detiene, siento todo mi cuerpo entumecido. Agh, no lo soporto más. Siguen segregando esa cosa, no paran. No sé qué demonios está ocurriendo, o qué son esas cosas, pero ese líquido brota de ellos como cascadas.
Diablos. Me estoy cayendo. Me resbalo en ese líquido y no puedo hacer nada. ¡No! Me he caído sobre esos bichos, aplastándolos con mi cara. No veo nada, ese líquido me ha terminado de cubrir la cara también. Esto tiene que ser una pesadilla. Quiero volver a casa. Quizá la misma pesadilla me ha hecho olvidar todo lo que hice después de apagar mi computadora y volver a mi cama.


Cables. Resortes. ¿Qué clase de pesadilla es ésta? Los insectos se han ido, pero me han dejado todo perfumado de ese líquido extraño. Es un olor como de vino y carbón, es muy extraño. Estoy enredado en un montón de cables. Intento salir, pero son muy resistentes. Están por todas partes. No los puedo romper, pero me puedo deslizar alrededor.
Es una enorme extensión de cables, todos tensos y resistentes. No percibo ni el suelo, como si no existiera. Ho hay nada más que cables… espera, ¿qué veo? Parecen un montón de sábanas rasgadas. Y chamuscadas. Ya lo sé, tiene que ser una pesadilla. No existe otra razón lógica… me pellizcaré, como en las películas, y despertaré. Veamos… nada. De nuevo… nada. Muy fuerte… agh, nada. Intentaré cerrar los ojos muy fuerte… no pasa nada. Demonios. Esto no puede ser real, y yo lo sé. Alguien tuvo que haberme noqueado y encerrado aquí. Como un laboratorio muy extraño. Estoy muy confundido, pero realmente estoy aquí. Miraré de cerca los cables… parece que no son de plástico, ni de metal. Ni de hilo. Son como goma. Son muy lisos. Mejor intento seguir avanzando hacia cualquier parte…
Escucho un ruido. Es como un aleteo. Vienen de atrás.  Parece que son sólo un montón de polillas. Están dando vueltas alrededor de mí, pasando por entre los cables. Me da lo mismo, seguiré avanzando. Sí, de hecho están dando vueltas alrededor de mí. Son de color amarillo, muy brillantes, como si reflejaran alguna luz. Pero yo sólo veo cables. No veo ninguna luz.
Están cerrando el círculo, pero para estas alturas incluso me las comería. Siento que me vuelvo loco, pierdo la cordura. El sonido de aleteos se hace más fuerte. Se acercan más. Pero seguiré avanzando, si llegan hasta mí me las comeré está decidido. Algunas cuantas han llegado hasta la suficiente distancia como para agarrarlas. Los cables me impiden mover mucho mis brazos, pero seguiré. Me resbalo un poco, cayendo. Me sostengo de nuevo de unos cables. El suelo aún no se ve… maldiciones, debo estar en un lugar muy alto con respecto al suelo. Tampoco veo ningún techo.
Las polillas están frente a mis ojos. Ahora puedo ver sus cuerpos, de colores rojos y verdes. Sólo tienen un enorme ojo blanco que da vueltas. Y dos patas. Parecen un extraño experimento biológico. Una se posa en mi antebrazo… ¡Agh! Creo que me ha mordido. Una punzada hirviendo me recorre por todo el brazo. ¿Qué es esto? ¿Polillas carnívoras? Espera un momento… veo algo… como si de sus alas saliera humo. ¡Están hechas de aceite! ¡Váyanse! Bueno, como quieran.
Empiezo a pegar manotazos al aire, intentando golpearlas. Sólo se posan sobre mi ropa, quemándola al instante. Y luego sobre mi cabeza. Siento cómo mi piel se convierte en una masa burbujeante. A los cables no les pasa nada, son a prueba de fuego. Huele como a silicón quemándose. Cuando las golpeo con la mano, la siento arder horrible, como si fuera una terrible descarga eléctrica. Mis manos están llenas de moretones, apenas las puedo mover. Mi cuerpo se convulsiona, el dolor es inmenso.
Las polillas llegan hasta mi cara, las veo caminar alrededor de mis ojos. Con su único ojo tocan mi piel, que se quema al instante, haciéndome retorcerme y saltar. También hacen eso con mi ropa, veo cómo aparecen hoyos negros. De mi piel salen burbujas con sangre. Es horrible. El dolor, punzadas de sangre hirviendo corren por todas mis arterias.
Las polillas de pronto cesan de abalanzarse contra mí. Se posan sobre los cables circundantes. Los muerden. Los cables se ponen rojos. Creo que su temperatura aumenta, pero ya no puedo sentir nada. Creo que mi ojo izquierdo está hinchado, sólo veo una cortina roja y apenas unas figuras con él. Los cables se empiezan a destensar. Se vuelven flojos. Siento cómo me resbalo otra vez. Me golpeo contra los cables rojos, hundiéndose en mi piel, dejándome marcas. Los cables se empiezan a romper, volviéndose hilos de lava. Me segmentan mi cuerpo al caer, pero ya no respondo al dolor. Todos los cables se rompen, y yo siento cómo me caigo. Cierro los ojos. El dolor vuelve a mí al caer. Maldición. Me quedo dormido…


No sé cuánto tiempo me he quedado inconsciente. Pero parece que he vuelto a mi cama. Retiro las sábanas. Mi ropa sigue chamuscada. Mis manos tiemblan un poco, puedo ver puntos negros y sensibles, como si me hubieran puesto montones de colillas de cigarros alrededor de mi piel. Mi ojo izquierdo aún sigue hinchado. Me arde al tocarlo. Siento mi estómago revuelto, quiero vomitar… Me levanto de mi cama. Auch, las plantas me arden al dar pasos. ¿Qué habrá sido todo esto? Ahora me parece más coherente decir que fueron alienígenas.
Adolorido, salgo de mi habitación. Bajo las escaleras —cosa que me hace sentir aún más dolor—. ¿Habrán llegado ya mis padres? En la planta baja está mi computadora. Parece que sigue encendida, pero sólo hay un cuadro azul brillante, como la pantalla de error. ¿Qué explicación lógica me queda? Me pregunto cómo es que sigo vivo después de tantas cosas… bueno, al menos parece que se ha acabado.
Un escalofrío recorre mi espalda. Detrás de mí está la puerta. Por alguna razón me invade el sentimiento de creer que aún no estoy en mi casa. La vista nublada aún la tengo. Me quedo un momento parado. No oigo más que algo parecido a una computadora encendida. Claro, está prendida aún. Es todo. Pero no es lo único. Me acercaré a la computadora. Está azul. Las teclas están saltadas, como si alguien hubiera atacado el teclado con un martillo. Del CPU sale un líquido de color marrón y olor pútrido, como pus. En el teclado puedo ver unas especies de bolitas blancas con pelos. Tomo una y la acerco a mí. Comienza a temblar sobre la palma de mi mano. De pronto, explota. Deja un hedor horrendo a basura en mi mano. Me provoca náuseas.
Me empieza a doler el estómago horrible. Lo siento hinchado. Las náuseas aumentan. El dolor me parte en dos… demonios. No puedo respirar, algo ocurre. Me vienen arcadas desde el estómago. No me puedo contener más.
Cierro los ojos. Una ola de quién sabe qué recorre mi esófago. No me detengo hasta sentirme completamente vaciado. Más convulsiones llegan hasta mi garganta. Escupo hasta el final. Siento que me he salpicado los pies de mi propio vómito. Abro los ojos.
No me lo creo. Sobre el piso de la sala, donde se supone que estaría mi expelida, hay un montón de cucarachas rellenas, como pelotas. Negras, se confunden y se esparcen alrededor, escondiéndose debajo de los muebles y los sillones de la sala. Creo que lo entiendo, esos bichos se han llevado mi alimento, como si fueran parásitos. Ya había visto esas cosas, pero pensaba que eran gusanos. Y lo que es peor, un sabor como de huevo podrido me queda en la boca. Es asqueroso. Vomitaría de nuevo si no me sintiera completamente vacío y sin fuerzas. Me siento horrible.
Abro la puerta, intentando no pisar esas redondas cucarachas llenas de mi energía. Me siento terriblemente humillado y débil.
Al abrir la puerta, no veo la calle. Sólo veo una inmensidad horripilante de un manto tan azul como la pantalla de mi computadora. Aún no estoy en casa. Me he vuelto loco, de seguro.
Intento avanzar pero no hay piso. Estoy encerrado en mi casa.
Corro las escaleras, soportando el dolor estoicamente, hasta llegar a la habitación de mis padres. Abro la puerta, y para mi ya no tan sorpresa, me encuentro con un pasillo repleto de telarañas rojas y pegajosas, alrededor del suelo y las paredes.
Creo que no hay nada qué hacer o pensar. Lo cruzaré.
Al llegar al otro lado puedo ver unas escaleras que van hacia abajo. Se llenan de oscuridad en la parte más baja, pero alcanzo a ver una puerta. Ni de loco voy a bajar.
Escucho un ruido. Proviene de la sala. Sobre el suelo de la sala. Son como pequeños pasos rápidos. Muchos, como el sonido que hace uno al tamborilear con las uñas en una mesa. Pero son muchos. Y muy rápidos. Ese ruido me ha puesto la piel chinita. No me quiero imaginar que me está buscando.
Qué horror. Mejor bajaré las escaleras y me encerraré. No quiero que esa cosa me alcance.
Las escaleras tienen una especie de pelaje, pero son inofensivas. Sin pensar en mi dolor ni en nada, las cruzo apresurado. La puerta es una puerta normal. Entraré.
La habitación es una especie de sótano. En una pared puedo ver unas pequeñas ventanas cuadradas que dejan entrar la luz azulosa del inmenso exterior. En la otra pared hay un armario grande, del tamaño de un refrigerador. Me meteré en él.





Calculo que ha pasado media hora o más. Pero yo sé que este mundo no está regido por horas. Los pasos no se han detenido. He oído cómo ha recorrido varias partes de la casa. Es el único ruido que he escuchado en todo este tiempo, además de mi respiración —que he controlado lo más que he podido para que apenas yo pueda escucharla— y mi sangre recorriendo mis oídos. Estoy alterado, cada vez que he escuchado esos pasos más cerca, mi presión sube más, pero hasta ahora lo he controlado. No sé cuánto tiempo más esté aquí, pero estoy seguro que no es un sueño. No me quiero quedar dormido de nuevo, hasta ahora el dolor de mis pies y de mis manos me han mantenido despabilado. Pero no sé cuánto tiempo más dure así…




He dejado la puerta del armario abierta. Lo que sea que estaba haciendo ruidos ha llegado a las escaleras. Deseo cerrar la puerta del armario, pero no quiero hacer ruido. Estoy muy asustado. Muy asustado. Estoy escuchando esos ruidos ahora, vienen de atrás de mí y a la izquierda, que es donde están las escaleras que me conducen hasta acá. Desde el pequeño rectángulo que puedo ver por la puerta entreabierta de este armario, veo el final de las escaleras, y las ventanas azules con su luz emanando débilmente sobre la parte contraria de este sótano. Sea lo que sea que sea esa cosa, si llega a bajar las escaleras lo podré ver con la poca luz que llega de las ventanas…




No tiene ojos. Fue lo primero que vi. Quizá por eso tardó mucho tiempo en encontrarme. Tampoco tiene oídos, ni nariz. Pero está frente a mí. Estoy congelado, en una posición muy incómoda con la cabeza volteada hacia mi derecha. El cuello me duele un poco. He estado mucho tiempo así. Sin moverme. Esa cosa está detenida también. Lleva varios minutos sin moverse.
Esa cosa está formada por algo como cuatro brazos unidos. Son distinguibles sus dedos al final de cada una de sus patas. Es de un horrendo color pálido, casi blanco, y en la parte donde los cuatro brazos se unen hay una estrella negra. He visto cómo camina; lo hace como una araña. Mueve los dedos con tal destreza y velocidad, levantándolos tanto, que no parecen dedos de un ser humano. Está sostenido sobre ellos. Cinco dedos en cada una de sus extremidades. Sin uñas, pero de todos modos sus dedos terminan en punta. Está paralizado desde hace un buen rato. No sé qué está haciendo, pero no se mueve. Aún así no consigo tranquilizarme ni bajar mi ritmo cardíaco. Cada vez que veo esa estrella donde todos sus brazos se unen me vuelvo a aterrar. Parece que me está observando, como si estuviera analizándome. Pero aún así no me quiero mover. No quiero que me descubra. Lo veo como si estuviera de frente, con dos brazos a cada lado, como una letra «x». El eje de sus brazos apunta directamente hacia mi mirada detenida. Pero aún no se mueve.


Oh, no.
Empezó a caminar.
Sus dedos golpean el suelo cada vez más cerca de mí.
Pero aún no me quiero mover.
Estoy paralizado de terror.
Camina directo hacia a mí.
Lentamente pero sin chistar.
Sus horribles dedos casi tocan el armario…
Se detiene de nuevo.
Yo sigo congelado.
Mi cuerpo no me responde.
Y esta horrible criatura.
Me tortura.
Haciéndome esperar.








Ya no sé qué es peor.
Que me asesine ahora.
O que me deje congelado para siempre.
Congelado como una computadora llena de virus…

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